Un reto deportivo con un fuerte trasfondo solidario.
Me está gustando esto de ir improvisando un poco en la configuración de mi
calendario: los que no nos dedicamos a esto, que simplemente es nuestra pasión,
tenemos familia, trabajo y hay que ser dinámico y amoldarse a las situaciones
que van apareciendo. Quería haber estado en la Ultra de Barcelona, ver cómo iba
esto de una ultra de montaña de entidad, pero en mi empresa se volcaron con el
apoyo a equipos para la Trailwalker así que me animé. 4 personas por equipo más
2 supporters.
En este caso cubrí una baja de última hora en un equipo ya creado. Se les
acababa el margen para comunicar el equipo definitivo y normalmente no
encuentras muchos voluntarios para un desafío de de 100 kilómetros a pié.
Pensé que ultras hay más en el calendario y que ya tendré otras
oportunidades, aunque me frenaba saber que la chica del equipo no había corrido
nunca más de 5km, no me dejaría ir a mi ritmo pero ser solidario y participar
en una fiesta me decidió, además que 100 kilómetros son 100 kilómetros.
En qué consiste este desafío solidario.
La primera fase del retto es aportar una donación mínima de 1500€ a Intermon Oxfam que ayuden a proyectos para acercar el agua a
miles de familias. La segunda fase es la más deportiva y consiste en recorrer 100 kilómetros a pié, o lo que es lo mismo, ir de Olot hasta Sant Feliu de Guixols pasando por Girona. Todo ello en un tiempo máximo
de sólo 32 horas.
Organizarse para afrontar la Trailwalker con éxito.
Salida el sábado 18 a las 10 de la mañana, un poco tarde para mi gusto.
En Olot muy buen ambiente, muchos equipos, muchos seguidores y mucho color.
1.400 participantes, el 60% de empresas.
Iniciamos la marcha caminando entre los gritos de ánimos de todo el mundo.
El camino en su primera mitad es muy bonito. Una vía verde muy habitual de
ciclistas.
Aparte de mi equipo, un resfriado de última hora será mi compañero
inesperado.
Nuestro equipo antes de la salida en Olot. |
En uno de los puntos de soporte para recuperar fuerzas. |
En algún punto trotamos algunos metros pero básicamente lo hacemos todo
andando.
Tras los primeros 25-30km ya noto la cadera cargada. No estoy acostumbrado
a caminar y se nota. Pere y Carlos, ya empiezan con las primeras ampollas. Yo
tengo experiencia en eso. No te haces idea de lo importantes que pueden ser unos buenos calcetines de trekking y unas zapatillas de trail cómodas para prevenir ampollas o lesiones. Imprescindibles!!
Aproximadamente en el 40, Eva, la chica del equipo empieza a cojear y ya
tiene mala cara, pero aguanta como una jabata hasta Girona (56km). Tiene el
gemelo contracturado, y aunque se resiste, un fisio le aconseja abandonar. Se
marcha con uno de nuestros supporters, con quién vamos quedando para comer y
beber.
Bien, continuamos los tres. No nos rendiremos! Un poco de crema de masaje en las piernas y continuamos la
marcha con los frontales ya en plena noche.
Tras varios kilómetros era importante descansar para recobrar fuerzas. |
Cae la noche y el cansancio aprieta.
Esta segunda parte del recorrido no es tan hermosa. Y la noche no ayuda,
aunque nos permite ir a un ritmo más alto. Nos animamos y empezamos a correr
algunos kilómetros. Llegamos al 80 adelantando a equipos.
Los últimos 20 sí que se hacen duros. Empieza a hacer más frío y Pere tiene
problemas. Habrá que continuar caminando lo que queda. A mí las piernas ya me
duelen por todas partes. Además en los últimos 10 kilómetros empieza a llover. Me pongo un impermeable deportivo, el mismo que uso para las ultras pero el trayecto ya se hace ya muy duro,
queremos que se acabe lo antes posible. Así que casi ni paramos, muy lentos pero
nos acercamos a Sant Feliu de Guixols.
Son las 6:40 de la madrugada, tras un poco de callejeo llegamos al arco con
103 kilómetros en las piernas y 20 horas 40 minutos caminando y trotando. Cansados, mojados y no
saboreamos mucho la llegada.
Momento de la llegada de madrugada. |
De vuelta a la vida familiar.
Llego a casa a las 8:15. Mi mujer y los pequeños ya despiertos. Me
felicitan.
Duermo un par de horas, pero ahora toca ir al parque con los críos. Y es qué como te contaba al principio de esta entrada, los que no nos dedicamos a esto tenemos que adaptar nuestra afición con nuestros seres más queridos. ¡Así es como empezó mi segunda aventura del día! :)
Al final, una aventura especial, no tanto por el desafío deportivo, que también,
si no por todo lo que comporta hacerlo en equipo y por un motivo tan
gratificante.
¿Próxima estación?
Ya veremos...
Ya veremos...
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